viernes, 1 de agosto de 2014

Sweet Toxic - Kain Ross-

A ese punto debía admitir que el simple echo de sentir el roce de los labios del profesor sobre los suyos era algo que comenzaba a gustarle mas de lo que pensaba, algo que realmente lo llevaba a querer sentir de nuevo el jugueteo que se realizaba dentro de su boca cuando lo besaba. Al parecer a Arthur le resultaba muy fácil volverse adicto a las acciones del mayor, y a su mente llegaron pensamientos que lo llevaron a ver que tampoco tardaría mucho en volverse adicto a el completamente. Comenzaba a gustarle la idea del que el contrario dejara marcas de todo tipo por su cuerpo, aunque por el momento solo tuviera las de sus besos. Al sentir la acción en su pecho dejo que todo su cuerpo se estremeciera y aguanto con cierta dificultad un sonido que provenía de su garganta por el placer. A pesar de ser algo nuevo para el , era el simple echo de ver al profesor hacer todo eso lo que hacia que su miembro comenzara a estar mas despierto cada minuto con cada acción.

Sentía el agradable tacto ajeno nuevamente por debajo, suave y con lentitud. Observo como era observado de nuevo, algo a lo que ya estaba a punto de perder el nerviosismo, por la simple escusa de "¿Que no llegara a mirar esta noche? ". Se dejo al ver como separaba sus piernas y aunque no sabia el por que de esa acción, sabia que tanto el, como el mayor tenían claro que Arthur no estaba listo del todo en ese momento para "ir al grano".

No aparto su vista cuando el contrario se posiciono entre sus piernas y fue algo que realmente le sorprendió, aunque esa sorpresa no se comparo nada al ver como su miembro terminaba en la boca ajena. Tantos pensamientos invadieron a la vez su mente que decidió no escuchar ninguno, aunque tampoco pudo pensar mucho al sentir el indiscutible gusto que le daba la lengua y en ese momento, las manos del profesor. Sin poder evitarlo dejo escapar un simple - A-ah...- para luego dejar de aguantar los suaves gemidos que golpeaban su garganta hace rato, algo  por lo cual, al escucharse a si mismo, no pudo evitar sentirse mas extrañado de lo que ya podía estar, cada sonido que dejaba escapar era totalmente claro y en cierta parte algo agudo para lo que era su voz normalmente. Tomando con algo de desespero las sabanas entre sus manos no pudo hacer mas que seguir gimiendo con placer ante la nueva sensación, y a pesar de todo trataba de observar hacia abajo, algo que era realmente difícil para el ya que mantenía la mayor parte del tiempo sus ojos cerrados.

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Su mente se inundo con recuerdos de  aquellas caricias suaves, cálidas y llenas de amor que su madre muy raramente le brindaba. A su joven edad supo que la vida no era color de rosa, al menos no para alguien como él. La vida era tan elitista que solo aquellos de ‘cuna dorada’ podían ser  felices. Pero, su ‘padre’ le enseño que él amor era solo para los débiles. Recordar esas cosas en un momento como este, realmente su mente estaba en un lugar distinto. Se concentro en el ahora, recordar no era malo, pero si molesto.

Sus labios sentían claramente la dureza y el calor, sabía muy bien que el ‘niño’ estaba sintiéndose bien, lo disfrutaba tanto como él. Lidiar con primerizos no era tan malo como se escuchaba.

El recuerdo de las mujeres primerizas que llegaban al burdel y la manera en como lloraban, le hizo ver que quizás no sea muy diferente para este chico. Siguió moviendo su boca suavemente, brindándole tanto placer como podía, después de todo le iba a doler y que mejor compensación que hacerle un oral. Aun si lo preparaba bien, la primera vez siempre era dolorosa para cualquiera.
Era increíble que en un momento como este su mente le hiciera esa jugada, se notaba que su cuerpo y sus pensamientos no estaban nada sincronizados.Pensar en esas cosas, realmente hoy estaba actuando raro.
Kain no solía pensar mucho cuando se acostaba con las mujeres, quizás era más suave, pero en el caso de los chicos, era tan frio que ni los miraba cuando los besaba. Y ahí estaba él, haciéndole un oral a un niño. Que ironia.

Alzo la vista ligeramente para poder ver la expresión de Arthur, esos ojos cerrados que trataban de abrirse, aunque no podían por el placer que inundaba su cuerpo, aquella agitación y sudor recorriendo su rostro, y el claro sonrojo que adornaba  sus mejillas; fue algo que no esperaba, sentir esas sensaciones, era demasiado.
Su miembro palpitaba y el pantalón ya se le hacía molesto, dejo de masajear los pezones de Arthur para que el mismo pudiera retirarse aquella prenda tan molesta, quedando completamente en bóxers. Su boca seguía jugando con el miembro del menor, succionándolo y mordiéndolo suavemente con los labios, se detuvo cuando pudo sentir el líquido preseminal  de Arthur en su boca. Relamió sus labios saboreando aquella sustancia  transparente que empezaba a gustarle. 

Se acomodo entre sus piernas haciéndole sentir al menor, que no era el único con ‘necesidades’, a pesar de tener puesta aquella prenda tan molesta— Se que eres nuevo en esto, pero si seguimos así cualquier diría que me estoy aprovechando de ti —Su rostro estaba lo suficientemente cerca de Arthur para sentir aquellos labios que apetecía devorar, acaricio sus cabellos suavemente mostrando cierto afecto y una necesidad por abrazarlo, sostenerlo entre sus brazos y no soltarlo.

Aquellos recuerdos llegaban a su mente, las miradas vacía de esas mujeres. No quería volver a ver esos ojos. Sé odiaba a sí mismo por recordarlo, por sentirlo. Se alejo bruscamente del menor. Así no era como actuaba y no iba a cambiar de pronto por unas simples memorias, que para él eran efímeras.

Dejo de acariciarlo, no debía hacerlo o terminaría recordando cosas que no debía y no quería. Ignoro completamente su mente y se dejo llevar por el placer y la lujuria que invadían su cuerpo. 
Invadió su boca con un beso demandante, posesivo y sin tacto alguno. No lo iba a pensar, no iba a recordar. Sentirse de esa forma lo estaba volviendo débil y si la culpa la tenía el muchacho, que ahora estaba en su cama, terminaría todo de una vez, aunque muy en el fondo  ansiaba por más.

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